Indonesia es caos, exuberante y encantador, pero al fin y al cabo caos. Después del asfalto de Kuala Lumpur, llegábamos a Yogyakarta como puerta de entrada al país, y entre sus palacios, y activos mercados donde la vida pasa sin mirar atrás encontramos un rincón especial, el hotel que la cadena española Meliá tiene en la ciudad, en la isla de Java.
Un edificio blanco, moderno, pero con un aire javanés que se cuida en los pequeños detalles, nos recibía para hacer que fuera nuestra casa durante los dos próximos días.
Una habitación enorme, con todas la comodidades necesarias, sería nuestro punto de partida. Una televisión grande, de pantalla plana y entrada USB haría posible noches de series y películas.
El día despierta, y el desayuno en el buffet donde puedes encontrar desde especialidades autóctonas a algún producto que recuerda a casa, tienen la dosis de energía requerida para salir a pasear. La ubicación del hotel es perfecta, ya que se encuentra muy cerca del distrito comercial de Malioboro donde encontrar todo lo que puedas necesitar, pero con la tranquilidad que le otorga no estar dentro del mismo.
Y si el tiempo no acaba de acompañar como fue nuestro caso, o simplemente quieres disfrutar de unos días de tranquilidad dentro del hotel tienes todo lo que puedas necesitar. Una pequeña zona de tiendas y servicios personalizados, diferentes espacios donde degustar sugerentes experiencias gastronómicas alguna de las cuales amenizan con música y/o folklore local, o simplemente que el servicio de habitaciones te suba la comida a la habitación para disfrutarla tranquila y cómodamente.
Pero si tenemos que elegir, nuestras joyas de la corona son su piscina de estilo laguna, y su zona de Wellness Spa.
En la primera, y cuando el sol lo permitió, entre su cuidada vegetación y decoración nos pudimos refrescar y combatir el calor.
En el spa alcanzamos alguno de esos momentos que recordaremos, gracias a algún pequeño descuento que nos dieron, suponemos que por ser temporada baja, pudimos reservar un masaje balinés espectacular, en unas instalaciones de lujo, y preparadas para el masaje en pareja.
Y ya relajados toca salir. Pasear por el centro de la ciudad, excursiones de un día a las joyas arquitectónicas de Prambanan y Boroboudur, o iniciar el trayecto hacia Bali en excursión organizada, de tres días y dos noches, pasando por los volcanes de Bromo i Ijen, son planes perfectos después de unos días de relax en el hotel.
No es el tipo de alojamiento que frecuentamos en nuestros viajes, pero habitualmente siempre dejamos espacio para algún pequeño capricho, y después de pasar un par de noches en este fantástico hotel, si algún día, el destino nos cruza Yogyakarta en nuestro camino, seguro que repetimos… ☺
Viatgeaitaca.com en Hotel Meliá de Yogyakarta (Indonesia), en febrero del 2014
7 Juliol 2014 a les 10:38
Celebro la vostra arribada a Indonesia, magnífic hotel. Petons, Albert, (Avi).
7 Juliol 2014 a les 12:21
No Albert, aquest post és un que hem fet dels dies que hi vam passar fan més de cinc mesos. Ara d’aquí uns dies hi tornem però crec que ja no podrem estar en aquest hotel.